miércoles, 19 de agosto de 2015

London Calling otra vez

Agosto, 2014.

Nuevamente pasajes para Londres, esta vez la ruta iba a ser desde Bruselas a través del Eurotunel. Era la segunda vez que viajaba para Londres, los planes se simplificaban un poco y los destinos también, en verdad esta pasada por Londres fue motivada por mi compañera de viaje que no conocía la ciudad y el escritor de este relato, no se iba a molestar por ir a la capital del Reino Unido por segunda vez. ¿Quien dijo que las segundas partes son malas? Nos vamos para Londinium. Acá pueden ver el relato anterior.

Próxima parada, Londres

Pasajes a través del tren que cruza el Eurotunel, muy, pero muy caro, traten de evitarlo. Hay opciones por ferries, hasta por lineas aéreas de bajo coste se puede simplificar, pero en un momento nos quedamos sin opciones para entrar a Inglaterra y el cansancio nos motivó para irnos por la opción más fácil, pero más cara.

St Pancras/King's Cross
Pues bien, nos fuimos a la Midi de Bruselas, la estación de trenes que tenía el embarque internacional para salir rumbo a Londres. En el interior de la estación, una aduana independiente para los trenes que salían al país sajón, recordar que el Reino Unido no está en el tratado de Schengen, por ende, es como entrar a un país independiente, totalmente al margen de Europa, por esta razón, te van a pedir el pasaporte, los papeles de alojamiento, la dirección del alojamiento, seguramente un pasaje de vuelta y cualquier papel te pidan en una aduana. El tramite fue más ágil de lo que pensé, con suerte miraron los pasaportes y que los documentos que teníamos que llenar estuvieran llenos, ni siquiera miraron el equipaje que pasó por el detector de metales, parece que el comprar tickets por el eurotren, te filtra un poco el control de aduanas. Arriba de tren, no había mucho que destacar, es que comparado con los ICE alemanes, el eurotren parecía de la prehistoria, asiento más duros que una piedra ovalada, solamente un vagón donde vendían cosas para comer, pero nada del otro mundo. En conclusión, si no fuera por tiempo, el eurotren es totalmente prescindible. Después de casi 3 horas de viaje desde Bélgica, llegamos a la estación St. Pancras International, una megamole de estación que está como unida a la King's Cross. Lo curioso, es que adentro de las instalaciones de la estación, puedes encontrar la salida del expreso a Howgarts, de Harry Potter. Mismo lugar también de los atentados que azotaron a Londres el 2005.

En un barrio así estaba nuestro Easyhotel
El alojamiento fue en el sector de South Kensington, donde teníamos reservas en el EasyHotel, el sector lo recordaba, era tranquilo, lo suficientemente cerca y lejos del centro, para bajar los costos de una de las ciudades más caras del planeta, porque en Londres, cada libra vale y mucho. Sobre el hotel, una de las peores reservas que podemos haber hecho en la vida. Inicialmente había decidido el lugar porque unos amigos se alojarían ahí, después no enteramos que habían hecho su reserva en la misma cadena de hoteles, pero en otra sede del mismo barrio. Easyhotel pertenece a los Easyjet, un modelo de empresas de vuelos de bajo costo, con los aviones, no habíamos tenido problemas, pero con el hotel, pasamos. Ubicado en un sector residencial típico londinense, de esas callecitas que tienen escaleritas a la entrada, donde no existen ascensores. Eran 4 pisos de escaleras de caracol en una especie de laberinto, con una habitación que si era pequeña, pero en estos momentos se excedieron, con suerte entrabamos nosotros en la habitación. En fin, el Easyhotel es un lugar no recomendable para alojar, por lo menos el de South Kensington, porque el que alojaron mis amigos en Amsterdam era mucho mejor que su par londinense, en todos los casos, por el precio, tengo mejores recuerdos de la Baden Powell House, hostal en el cual me alojé el 2012. Lo único destacable, la hermosa polaca que estaba en la recepción.

Abadía de Westminster 
No haré un relato lineal, porque ha pasado tiempo y ya existe un relato de tal forma en mi viaje del 2012, pero agregaré los puntos a destacar de la ciudad. Hay que cargarse con una tarjeta llamada Oyster Card, que es una especie de BIP! chilena. Te sirve para moverte en todo el transporte público, a excepción de los taxis. La vez anterior recuerdo haber cargado la tarjeta para una duración de 72 horas, abaratando los trayectos pues te permitía moverte ilimitadamente por este valor, esa vez andaba justo en la época de los Juegos Olímpicos, era una especie de regalía por esas fechas, pero ahora este beneficio no estaba, asi que tuve que cargar la tarjeta como si fuera a viajar normalmente y se te iba restando dinero en cada viaje que ibas haciendo, como si te movieras por cualquier ciudad. La ventaja es el gran alcance del Metro de Londres y el submundo que existe debajo de la ciudad en sus túneles. Prácticamente te puedes mover en cualquier dirección dentro de los 5 anillos que componen la capital de Inglaterra. Por las noches, el sistema de micros te puede servir para moverte por toda la ciudad con una frecuencia que avisa en todos los paraderos cuantos minutos demorará en llegar el siguiente bus.

Un típico taxi de la ciudad. 
Un colegio de ñoños
La primera noche nos fuimos a la zona de Soho, nos dimos el tiempo de recorrer la ciudad de noche hasta que nos aburriéramos, era jueves, pero parecía que la ciudad no iba a dormir, es un toque clásico de una megaciudad, de esas que no descansan. Dentro del espectro de bares que visitamos, paramos finalmente en uno donde sonaba salsa, aprovechamos de compartir unos cigarros con unos amigos colombianos que estaban ahí y nos hacían el comentario de lo caro que estaba todo, por ejemplo la cajetilla de cigarros que se empinaba por las 10 libras, unos $10.000 pesos chilenos.

La policía montada 
El palacio de Buckingham, más chiquito de lo pensado

Cuervos en los parques
English breakfast, saludable
Después de un humilde desayuno inglés, aprovechamos de hacer el FreeTour por la ciudad, era que no, patrocinado por la gente de Sandeman. Aproveché también de ir al área de Upton Park, hacía el este de la ciudad, para asistir al encuentro que iba a reunir el West Ham United v/s el Southampton. Para eso había que tomar el metro en dirección al estadio Boleyn Ground, casa del equipo de los martillos, donde en su juventud jugó el bajista de Iron Maiden, Steve Harris. Casi una hora desde el centro de la ciudad hasta esta área, ya bajandome del metro había ambiente de fútbol. Una zona lejana de la ciudad, más periférica donde veías el "Londres del pueblo", con locales de inmigrantes, es en verdad la zona con más diversidad de inmigrantes de la ciudad, lo cual le daba un aspecto bien peculiar al lugar. Mucha venta de comida callejera, polera, camisetas de fútbol y todo lo que te pueda reunir los alrededores de un estadio inglés previo a un partido, pero bueno, me faltaba lo más importante, la entrada. ¿Un problema? Para nada, la reventa es generalizada y bastante "legal" en Inglaterra, a los pocos minutos me encontré con una entrada a un precio conveniente y me pude colar en el lleno recinto con capacidad para 40.000 personas. Al entretiempo, sus cervezas, por claro, se puede beber dentro del lugar, pero no en los asientos.

Futbol inglés, claro que si


Terminando el match
De vuelta me fui a Candem, me esperaba mi grupo de amigos, que estaban cachureando cosas en uno de los mercados callejeros más famosos del mundo, en Candem Market. Cuna de la cultura alternativa, de la venta de cualquier cosa que se te ocurra y que no vendan en megatiendas, era claro, el barrio donde había vivido Amy Winehouse y se notaba. Aprovechamos de comer por un precio muy conveniente, porque Londres es caro, pero si te logras mezclar por los barrios más periféricos y las calles menos principales, puedes encontrar cosas a buen precio, como una maravillosa chaqueta que aún conservo y que sólo costó 30 libras.

Las tiendas
Moda alternativa
En una zona de rios
Autos alternativos


Comida alternativa

Y de todas partes
Y cosas dulces también

Muere Hamburguesa mala
Nos fuimos al área de Covent Garden. Ya había sido el punto de partida para el Pub Crawl, que hicimos la noche del viernes y que nos mostró el lado más fiestero de la ciudad, totalmente recomendado. Es imposible que varios de estos lugares los puedas encontrar a simple vista, ya que forman parte de discoteques, pubs y subterráneos irreconocibles desde afuera. Imposible no recomendar el Shake Shack, un lugar dentro del Covent Garden que vendía una de las mejores hamburguesas que he probado. Un día más, para la Torre de Londrés, la antigua fortaleza que hizo fundar la ciudad, estábamos algo justos en la hora, pues teníamos nuestro bus rumbo a Paris, ahora por un precio más conveniente, un IDBus, que por suerte llegó atrasado al terminal de buses, pues había llegado tarde a la estación de buses Victoria, una especie de terminal San Borja, pero de Londres.

Vista de la Torre de Londres

El guardia bonachón

Los guardias no se mueven

Y el pepino es pequeño

Fueron 3 breves días en la capital británica, segunda vez en la ciudad, me dediqué personalmente a sacar más fotografías, que andar de tour en tour, meterme en cada pub posible, conocer mucha gente, meterme hasta en un club de música administrado por transexuales en una de las experiencias más bizarras de mi vida. Londrés es entretenido, puedes pasarte un año dándote vueltas por la ciudad, pero ahora está tan, pero tan caro, que dudas si es correcto pagar 10 libras por un hod-dog con papas fritas y bebidas.

Vista del ojo de Londres hacía el Támesis.


Nos íbamos rumbo a París, ahora por tierra, por precios más convenientes, pues nos esperaba la capital de Francia.

pd: Esta última foto es una hamburguesa que pedí que le colocaran un huevo, para lo cerdo que son los británicos para comer, mi pedido sorprendió a la persona que atendía y hasta me tomó una foto, creo que le dí una idea para un nuevo tipo de hamburguesa.

pd: Gracias Consuelo, te robé algunas fotos de Candem.


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