viernes, 31 de julio de 2015

En Gante siempre llueve

Agosto, 2014.

Desde Amsterdam a Gante
Nos subimos al tren desde la Amsterdam Centraal, rumbo a Gante. Cruzamos todo Holanda en un par de horas y ya estábamos llegando a la estación de Antwerpen, que me demoré un buen rato en entender que era la forma castellanizada de decir Amberes. Una gran estación de trenes con mucha vigilancia, pues claro, vienen los trenes desde Amsterdam, por ende, con eventuales pasajeros con sustancias prohibidas en Bélgica, en ese momento recordamos que aún teníamos algunas pertenencias que podrían ser prohibidas para la jurisdicción belga, no era mucho, simplemente lo que le sobró a mis amigos de ese Coffe Shop en el cual nos dejamos caer en Amsterdam. Así que bajamos del tren y nos dispusimos a caminar rumbo al anden que nos correspondían, cuando vimos una gran cantidad de policías con perros, uno de ellos se fue encima de un hombre el cual fue detenido por la policía y revisado completamente, había que mantener la calma y caminar zigzagueando hasta llegar a nuestro anden. Fue un momento tenso, porque mirábamos a lo lejos un perro con su policía y nos movíamos hacía otro extremo, aprovechamos de comprar comida y nos subimos a nuestro tren, algunos cigarros para el momento y estábamos partiendo rumbo a Gent, Gante en nuestro idioma, nuestro próximo destino. Después averiguamos que si nos hubieran detenido, sólo nos hubieran puesto una multa, aunque en ese momento pensábamos que nos deportarían. Nunca quisimos traspasar la ley, sino que las sustancias quedaron ahí. En ese momento uno se da cuenta de lo vulnerable de la vigilancia en países del primer mundo, conozco casos de gente que ha trasladado semillas, esa misma carga nosotros la ingresamos en un tren rumbo a Londres y una vez subí unos desodorantes en spray arriba de la mochila de mano, en un vuelo desde Alemania a Brasil, dándome cuenta de mi equipaje recién cuando bajé.

Hostel 47 nos recibía
Es difícil describir Bélgica y como aún siguen mezcladas las cultura flamengas por el norte y la cultura de Valonia por el sur. Quizás la forma más simple es señalar que hay que dividir al  país con una linea horizontal entre el norte y el sur, casi similares. Por el norte se habla la lengua flamenca y en el sur la lengua francesa, en la capital se habla francés, aunque Bruselas está dentro de la región norte, algo enredado. Es importante saber manejar alguno de los 2 idiomas, porque como cualquier país francófono, hay un recelo de la lengua de la isla británica. Este complejo sistema de organización belga, en especial en sus fronteras, fue uno de los motivos del tratado de Benelux, que fue uno de los antecedentes más directos de lo que hoy conocemos Unión Europea y en especial, el tratado de Schengen, que nos permite movernos por casi todo el continente, usando solo un pasaporte. Llegamos a un lluvioso Gante, en el corazón del Flandes oriental, nos bajamos rumbo al Hostal 47, un buen lugar instalado por un antiguo mochilero, en cuya recepción y living se podían ver fotos de muchos de sus viajes, entre esas fotos, una del Desierto de Atacama y su fenómeno del desierto florido, porque claro, el dueño también conocía Chile. Era un buen lugar para alojarse, como comenté en esta reseña. Después de desempacar, fuimos a mirar el barrio cercano, callejuelas silenciosas, ya eran más de las 10 de la noche y parece que la ciudad se había ido a dormir, solamente localizamos una tienda, administrada por un ciudadano del lejano oriente, nos armamos con unas aceitunas y muchas cervezas, era abrumador ver la cantidad de cervezas en los mostradores, así que nos equipamos y volvimos al hostal. Después nos enteramos que la tranquilidad era una normalidad en Bélgica, un país bastante "fome", quizás demasiado para uno que estaba acostumbrado a lugares más locos. Aprovechamos de conocer a los otros habitantes del hostal antes de irnos a dormir.

Bienvenidos a Bélgica
Nos quedaba poca ropa
Al día siguiente aprovechamos de buscar una lavandería, no lavábamos ropa desde Grecia y ya nos estábamos colocando lo que nos quedaba, así que salimos en búsqueda de una lavandería que fue encontrada gracias a la ayuda de una brasileña que nos metió conversa caminando, decía que teníamos una forma particular de caminar, que nos identificaba inmediatamente como latinos, estaba muy contenta de hablar con nosotros nos contaba, porque la gente allá en Bélgica era muy fría, decía que nuestros pasos, moviéndonos a anchas y gesticulando le daban la opción de pesar que eramos italianos y latinos. Luego de este personaje que nos encontramos en el camino, procedimos a lavar la ropa, secarla y volver al hostal, para salir a recorrer la ciudad. Gante, la recorrimos en 1 hora, no más, es pequeña, pero realmente pequeña. Aprovechamos un mapa que nos pasó el dueño del hostal para hacer el circuito y listo, el casco histórico de Gante ya estaba recorrido. A destacar las construcciones, plagada de edificios históricos, el Castillo de los Condes del siglo XII, la Plaza Belfort donde está la torre del campanario del año 1313 y también la Iglesia de San Nicolas de ese mismo siglo. Como encontramos muy breve este recorrido, vimos un bar al frente de la iglesia, donde claramente degustamos algunas maravillas cerveceras de la zona, pero nos dimos cuenta que la vida en la ciudad es algo apagada, bares silenciosos, con mucha gente sentada solo con su vaso. Igual después del largo recorrido que llevábamos, nos hacía bien una pausa, así que nos dedicamos a seguir por la ciudad, claramente bajo la lluvia, porque aunque sea verano, en Gante llueve y mucho.

Gante bajo la lluvia
Y esos canales hacen juego con la lluvia, atrás se ve el campanario

Los puentes y la Iglesia de Sint-Michielskerk
Desde otro ángulo
Ingreso al bar
El castillo de los Condes
La Iglesia de San Nicolás
Multiculturalidad
Bienvenidos a Gante

Gent, bajo la humedad
Al día siguiente nos tocaba abandonar la ciudad, nos tocaba ir a Bruselas, pero antes decidimos tomar un tren por el día a Brujas, aunque eso lo dejaré para un próximo capítulo.


Tips para Gante

- Hostal 47, a pasos del centro histórico de la ciudad.
- Es una ciudad pequeña, todo queda cerca.
- Llueve y mucho, todo el día, a veces sale el sol, se esconde y comienza a llover de nuevo y así sucesivamente, en invierno esto es igual, pero con nieve.
- El centro histórico se recorre en una hora.
- No hay mucha fiesta o vida nocturna, en verdad no hay nada de vida nocturna.
- Estas a media hora de Brujas y a 40 minutos de Bruselas, puedes ir a recorrerla por el día y volver.

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