martes, 5 de abril de 2016

70.000 toneladas de metal, IIda parte

Falmouth, Jamaica. 5 de febrero del 2016.

Llegamos para derrochar estilo
El equipo listo para recorrer la isla
Era un buen momento para colocar una alarma en nuestra habitación, aunque debemos reconocer que esa alarma fue de adorno, ya que por suerte despertamos e eso de las 10 de la mañana y ya antes de que se nos fuera el resto del día, habíamos llegado a Jamaica. Nos apresuramos en salir del crucero para conocer algo de la isla de los rastafari, no teníamos apuro en levantarnos, pero tampoco queríamos perder el día. Ya habíamos perdido la posibilidad de tomar un tour de rafting, o ir a ver delfines, cavernas y varias alternativas "turísticas" que nos ofrecieron del crucero, pero aún estamos a tiempo de ir a la playa "Red Stripe", que era una especie de “playa privada”, que manejaba la misma gente del Independence of the Seas. Entonces salimos caminando por Falmouth, nuestro puerto de arribo, un par de calles y tiendas de artesanías, bastante pequeño todo y que tenía cerrada sus puertas con el resto de la ciudad, no entendía bien si era más que todo por un tema de seguridad, pero claramente estábamos apartados del resto de Jamaica, estábamos cómodamente lejos de Jamaica, incluso estando en Jamaica. Un par de galerías bien decoradas con las típicas cosas que venden para souvenir, imanes para el refrigerador, unos gorritos con rastas que me parecieron bien simpáticos, muchos perfumes, joyas y bastantes cosas exentas de impuestos. Viendo que no había mucho que ver, tomamos una van que nos iba a dejar a la playa privada ya mencionada.


Skankin
Las dimensiones del crucero y la ciudad
Falmouth
Y la venta de artesanías
Y lo jugosos artistas
Al arribar a Red Stripe, nos sentimos en el caribe. Este fue el único instante en que nos sentimos que estábamos en medio de a típica imagen caribeña jamaicana, un lugar con muchas palmeras, una especie de caseta artesanal donde vendían refrescos, un kiosko que hacía las funciones de restaurant y lo más importante, que era el lugar donde tenían la cerveza. Al llegar, un lugareño que funcionaba como una especie de guía, se presentó al grupo e la van y nos contó sobre la playa y que estábamos en la tierra de Bob Marley, mucha buena onda, música reggae, olor a marihuana por todos lados, vendedores de pulseras, recuerdos y que también, vendían hierba, en Jamaica, todo el mundo tiene hierba para vender. Después de hacernos con unas cervezas, nos fuimos a echar al agua, con todos los chascones del crucero que repletamos el lugar con solo ánimos de descansar, mientras estábamos al ritmo de "No woman no cry". Esto duró un rato, porque en unos minutos, alguien atinó y cambió la música, cuando sonó Alestorm, la gente de la playa se levantó de la risa, hizo un estruendoso “Eeeeeeeh!!!” y empezaron  hacer moshpit en la arena, al son de Amon Amarth y varias bandas vikingas que animaron la velada, la música de la playa cambió del reggae local a la música de tarros favorita del 100% de los asistentes en la Red Stripe.


Team 70.000 tons!
Luego de un par de horas, era momento de volver al crucero, que iba a partir a las 17:00 rumbo al océano. Entonces nuevamente arriba de una van rumbo a Falmouth. En la ciudad, aprovechamos de llevar algunos recuerdos, que a esta altura se limitaban a un par de abrebotellas y un simpático sombrero con rastas. La dinámica era similar, incluso con Oscar Dronjak, que estaba en algo parecido que nosotros recorriendo las tiendas.


Haciendo la filita para irnos al barco de nuevo
Otra postal de la ciudad de Falmouth
El flaco Oscar y el hombre de las rastas
Comenzábamos el tercer día con Arkona

Ya arriba del barco y luego de un breve sistema de seguridad, que buscaba evitar el ingreso de algunos productos prohibidos, alcanzamos a arribar para el show de la banda rusa Arkona, banda que fuimos a ver solamente por la insistencia de Lucho, ya que no la conocíamos para nada. Un show de Pagan Metal que solamente nos sirvió de música para dormir, puesto que el día en la playa nos había dejado algo molidos. Cuando nos despertamos, nos dimos cuenta que el show había terminado hacía varios minutos. Entonces nos repusimos, aún algo dormidos y ebrios, para dirigirnos a diferentes recitales. Algunos amigos eligieron Stratovarius, que yo omití por razones antes explicadas. Entonces caminamos al Studio B, pues era el momento de Belphegor, que daba cátedra de todos sus años de experiencia en los escenarios. Me armé de una birra y tomé ubicación para disfrutar el show. Tremendo despliegue de los austriacos, Black/Death/Thrash metal bien mandinga, guitarras afiladas a mil, un sonido envolvente y demoledor, si algo de sueño me quedaba, se largó espantado.

Arkona
Arkona y el somnífero 
Música para despertar
Caos con los austriacos de Belphegor
Katatonia para el anochecer
Unos minutos de cama para el reposo, una especie de siesta, pues poco después de las 18:00, saldría en el "escenario de la piscina" Katatonia, uno de los mejores horarios para ver bandas es el atardecer, tienes la luz suficiente para divisar detalles del escenario y es el momento propicio para que las propias luces de la banda luzcan. El coqueteo entre el Doom Metal hacia el Rock Progresivo es evidente, esas bandas que cuando se iniciaron fueron haciendo música sucia y con el paso de los años se fueron "limpiando", es para eternas discusiones que época es su favorita. De todas maneras, se notaba un sonido muy consolidado y la gente disfrutando en las piscinas, lanzando agua para todos lados y bueno, o te mojabas, o tomabas cerveza. Una dinámica singular que no dejaba de sorprenderte en la tercera noche noche de bandas.

Katatonia Set List:
1.- Buildings
2.- Increase
3.- Forsaker
4.- Dead letters
5.- Day and then the shade
6.- Leaders
7.- The longest year
8.- Ghost of the sun
9.- Soil’s song
10.- My twin
11.- Leathean
12.- July
13.- Without God

Nos arrancábamos a comer alguna cosa, el grupo se iba a reunir para el show de Gammaray, con su nuevo vocalista, que nadie conocía mucho y del publico le gritaban "Who are you!!!???"... el tipo era especial, Lucho comentaba que se lo había encontrado en el casino, mientras todos en Gammaray bebían alcohol a destajos, él estaba tomando un te con sabores... era como asincrónico al grupo, Frank Beck estaba debutando con la banda, pero el que no muchos lo conocieran producía una sensación de indiferencia hacia él de todo el mundo, el paso de los años quizás pueda darnos otra opinión sobre él.


Kai Hansen y cía
Buen show de Gammaray
Henjo Richter en las guitarra
Y así se disfrutaba Gammaray
Poco a poco, después de nuestra diáspora, nos íbamos juntando. El tamaño del barco facilitaba eso, al tener una especie de pasillo gigante por el medio, todos sabíamos donde nos íbamos a encontrar, era claro que Lucho y Hector estarían en el bar donde vendían Royal Borgoña (un brebaje que esa noche causó estragos) posiblemente a mi me iban a encontrar en el casino y Cesar lo encontraríamos viendo a bandas que a sólo él le interesaban. Justo, nuestro amigo mencionado había ido a ver el show de Dead Cross, un grupo que nadie conocía, más allá del hecho que Dave Lombardo estaba en las batacas. Cesar venía hiperventilado, nos hablaba que el show de Dead Cross fue mucho más de lo que esperaba, una mezcla de thrash hardcore con grandes coqueteos con el grindcore, un joven grupo, a excepción de Lombardo, cuyos integrantes arriba del escenario se pusieron violentos, mucha actitud, patadas a los amplificadores, el vocalista agarrándose a combos, actitud desafiante al público y hasta un vómito se mandó mientras cantaba. La huea más hardcore en los escenarios que había visto mi amigo en años. Nos recomendó darle una escuchada a Dead Cross.

Casino room
Yo aproveché el descanso de horarios para ir al casino, ruleta, cigarros y cerveza, en dosis irracionales me tenían bien ebrios, aprovechamos de conversar algo con Jens Johansson y Kai Hansen, que parecían clientes habituales de esa parte del barco. Entablé conversación con una señorita del Staff, que me comentaba los orígenes del 70.000 tons, que si tenía suerte, Andy Piller no tendría problemas en hacer una entrevista, que era un canadiense muy abordable y quitado de estrellas, nos mencionaba que la máxima del 70.000 tons era que no habían zonas vips, todos eramos un conjunto, una especie de familia, comíamos metal, escuchábamos metal y lo disfrutábamos como unos simples mortales, genial, me gustaba esa filosofía. Lamentablemente solo logramos ver una vez a Andy, pero se veía con algo de apuro, me imagino con todo el esfuerzo logístico que cuesta armar un festival con estas dimensiones. Aunque por lo menos, es de reconocer que todo el esfuerzo estaba saliendo bastante bueno, el 70.000 tons hasta ese momento, era un festival perfecto.

Iban a ser las 22:00 horas y Cesar había quedado antojado por un show de Paradise Lost, como la banda es de mi gusto, decidí acompañarlo. En el Alhambra Theater salían nuevamente los fundadores del death/doom. Los ingleses repitieron un show más cargado a su nueva placa "The Plague Within, que vuelve a reflotar ese genero olvidado del Doom Metal más cargado al Death, que muchas bandas toquetearon en los noventa, pero del cual se alejaron hacía un sonido más pulcro y alternativo. The Plague Within es una buena declaración de principios sobre el sonido de Paradise Lost. Por suerte, también hubo coqueteos al Shades of God y al cierre con el ya a estas alturas clásico, The Last Time.
Nuevamente Nick Holmes
Paradise Lost Set List
1.- No Hope in Sight
2.- Terminal
3.- Victim of the Past
4.- Erased
5.- Return to the Sun
6.- Pity the Sadness
7.- As I Die
8.- Flesh from Bone
9.- Requiem
10.- An Eternity of Lies
11.- Beneath Broken Earth
12.- The Last Time

Vader, directamente desde Polonia
Ahora nos arrancábamos al Studio B, cargamos nuevamente nuestras manos con cervezas y nos acomodábamos para ver el show de los polacos de Vader, que acababa de comenzar. Ahora si cambiaba la cosa, el jueves los habíamos visto unos 15 minutos en ese escenario que parecía un cafe concert, ahora la cosa cambiaba, que buen show se mandaron los polacos, una brutalidad pocas veces vista, aparte la calidad del sonido era abrumador, de una calidad que permitía distinguir todos los instrumentos. a esta altura, podría decir que el Studio B era el mejor lugar para ver bandas. El día siguiente podríamos confirmar la calidad musical de Piotr Wiwczarek y Dariusz Brzozowski (Me costó escribirlos, imagínense pronunciarlos) en una clínica que realizaron en el crucero, pero era noche, se demostró porque el Death Metal polaco está en el lugar que le merece estar, toda una escena respetable y de culto.


Death Metal Polaco dejando la escoba
Vader

Era momento de irnos al Alhambra, porque la calentura nos ganó y veríamos nuevamente el show de Epica. El despliegue de la banda solamente confirmaba lo que habíamos visto el día anterior, sólidos, maduros, con una impresionante puesta en escena. Simone Simons, más allá de sus atractivo físico innegable, manejaba la situación su antojo. Nos repetimos el plato con Epica y nos gustó.

Genial ella
Me and Dave
Un momento perfecto para bajar las revoluciones, irnos a beber algo más, compartir con la dinámica del festival. Encontrarnos con Nervosa en el casino o entablar una conversación con Dave Lombardo en la entrada del Piramide Lounge. Cesar entabló conversación con él en un perfecto español, disculpe mi ignorancia, pero había olvidado que Lombardo es cubano, o sea, pensaba que era como Tom Araya, nacido con la lengua latina, pero que rápidamente habían mutado al inglés. Con Lombardo pasó todo lo contrario, hablaba con ese acento caribeño, en cualquier momento nos ofrecía habanos y unos ron varadero, era demasiado tela Lombardo, nos contó sobre su nuevo proyecto Dead Cross, que según palabras de él, "buscaba devolver a los metaleros, todo lo que el metal había hecho por él". En verdad no tuve la suerte de ver a Dead Cross, pero a ver por los comentarios de Cesar, el camino que estaba tomando, era el correcto.

El set list
Era un poco después de la medianoche y entramos al Cafe Concert del Piramide Lounge, donde estaba comenzando el show de Incantation. Los oriundos de New York dejaron la escoba en el Piramide, recuerden que el lugar no era lo más apto para un show de death metal, pero el publico estaba dejando la cagá en un espacio que perfectamente podía ser el living de tu casa, bueno, no era muy lejano al living pensando que habían mesitas repartidas por las orillas y el piso era de una correcta alfombra con motivos. La cosa es que algunos personajes del público empezaron a hacer "crowd-surfing"... y como el lugar era pequeño, topaban con el techo y había que tener precaución con las lamparas del lugar, era una situación bien peculiar y por momentos se volvía tragicómica. Yo se que es difícil de imaginar, pero hagan el ejercicio, piensen que cuando los temas parecían de una sinfonía de sepultureros y la gente que estaba haciendo moshpit, se detenía para hacer mímicas cavando una tumba con palas, otros echándole la tierra al ataúd ya enterrado, la imaginación era formidable.



Incantation en el living de tu casa
Death metal desde NY
Pues bien, nos pasamos al Pool Stage, nos acomodamos unos trajes de baños, porque salía al escenario At the Gates. En este momento, me di un gusto y vi el show desde el jacuzzi, con las patitas en el agua caliente, bebiendo cerveza mientras lanzábamos agua a la gente. Fue lo más desordenado que hicimos, hasta un crowsurf me mandé arriba de la piscina, estuvo irreal, en estos momentos ya nos sentíamos partes del 70.000 tons, cuando hacías moshpit en una piscina.

Disfrutando de At the Gates
Después de secarnos, nos fuimos al casino, a bajar las últimas dosis de alcohol con mi amigo Cesar, atrás de nosotros Sabina Classen, que estaba muy guapa, parece que el yoga le hizo efectos, como nos demostraría al día siguiente. A esta hora empezaron a aparecer personajes en pijamas, los artistas muy ebrios (bastante, ya todos daban jugo), infaltable era el tipo que andaba como la zunga de At the Gates, un rucio que anduvo todo el crucero vestido solamente con una zunga, y para peor, era la misma todo los días. Nos dieron las 4 o las 5 am y la cerveza estaba empezando a devolverse por arriba, solicitamos al barman algún brebaje para esto y nos pasó un licor que nunca recordaré su nombre, pero que era de Trinidad y Tobago y que poseía 45 grados de alcohol o algo más, mezclado con soda y booom! Fue un alivio para nuestros estómagos, pero como estabamos irremediablemente ebrios, decidimos que era momento de volver a nuestras habitaciones.

Fue el tercer día.

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70.000 Tons of Metal I parte

70.000 Tons of Metal II parte

70.000 Tons of Metal III parte

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